Calle abajo

Calle abajo la soledad
Se vuelve más angosta
Más pequeña de mirar
O de invitar
a tomar algo, un trago
Un café o una copa,

Quizás algo más fuerte

La soledad es
de las mejores amigas
Que alguien
puede tener
Y si los cielos se abren y ves que no son azules
Las calles se cierran y tampoco son azules
Los cielos son rojos y los mares grises
Y tu amor
Tu amor
Eres multicolor

Andúbame yo

Andúbase el aquel
Que no pudo
Este aquel quedado por motivos que no vienen al caso
Aquel de aqueles
Como el caso que escuché por error
Saliendo de la puerta
Andúbase yo saliendo
Y vi aquel decir que andudaba
De andares.

Me ha gustado la palabra.
Andúbame yo robándome palabras graciosas.
De ese,
De aquel

Y comunícate feliz

— ¿Me estabas llamando?
— No, no pude. Me quedé sin minutos
— Entonces, ¿quien era?
— Pues, te pueden llamar muchas personas
— Solo tu timbras dos veces y vuelves a timbrar
— ¿En serio hago eso?
— Si, estoy seguro. Es una costumbre rara en ti.
— Mejor empecemos con esto de la telepatía… Esto de los minutos y los timbres me parece impersonal.
— De acuerdo, ¿arrojamos los celulares al río o a un carro?
— Lee mi mente.

(soñar)

de niño no soñaba
de viejo no recuerdo los sueños
aunque en sueños recuerdo algunas cosas
no son sueños precisamente
porque no son bizarros ni fantasiosos
mucho menos eróticos
no tienen ni calidad de ser sueños
son mas bien recuerdos
como cuando te hacen una pregunta
y cierras los ojos
y zas
misteriosamente aparece la respuesta

de niño no soñaba
mas bien oía los sueños de los otros
y me deleitaba oyéndolos
y haciéndolos míos
me creía los sueños

de niño sólo soñaba cuando alguien soñaba
y era triste cuando ninguno lo hacia
o me lo ocultaban
para que yo no tuviese sueños

y de noche venía la amargura
con los ojos abiertos queriendo soñar algo
cuando los cerraba
venían los recuerdos

un recuerdo común
era querer soñar algo
hace rato no soñamos
¿que habrá pasado con los techos?