2009-09-18

Precio nocturno



NOTA ACLARATORIA: Mi mamá si me hacía y me hace desayuno: y no está retratada en ningún otro verso de este poema, a diferencia del anterior.

mi vida son varios trapos pegados,
unidos y cocidos con hilo de pescar y espinas de pescado


he tenido varios celulares,
varias libretas,
pero una sola madre;
lo más curioso de mis trapitos pegados,
es que por ejemplo mi mamá se puede jactar de decirme;
“eres un hijo de puta”
y no equivocarse.


marcos; mi mejor amigo,
perdió su virginidad con mi madre cuando tenía catorce años.
yo aún seguía coleccionado caramelitos
marcos ya era mi padre antes de conocerme,
y antes de darme por la cabeza huyéndole a la muerte


mi madre era barata, según lo que se rumoraba en el barrio
pero para mí era costosa,
nunca la tuve una noche a mi lado
y de día le ayudaba a limpiarse la vergüenza de hacerme desayuno;
se levantaba bien temprano,
y se acostaba cuando los taxistas se acostaban,
nunca entendí entre qué horas dormía,
quizás por eso vivía cansada y murió como vivió;
delgada y con ojeras en forma de arco iris.


odiaba la política
y me enseñó a odiar los políticos


era una anarquista comunista cosmopolita;
siempre sacaba tiempo para hacer trabajos manuales
tomando daiquirís
que preparaba con la licuadora de pedales
heredada del cabo jaramillo.


de el cabo no solo heredó la licuadora,
también un carácter de hierro y paciencia
y una inocencia perdida a los nueve


de ella yo heredé varias libretas grapadas con cientos de hojitas rayadas a varias tintas y una o dos con sangre;
una cama vieja con olor a lágrimas y sexo,
un televisor de rueditas
y recetas para el mejor espagueti con atún de la ciudad.
un diploma de ingeniero en mi oficina,
un lápiz labial y una licuadora.


me preguntabas de donde venía la licuadora,
he ahí tu respuesta.


¿siguen siendo cuarenta mil la noche?



“si, cuarenta, como siempre”

1 comentario:

Anónimo dijo...

Interesante y objetiva la manera en que relatas la historia de tu progenitora.