en los pocos años
que he tenido
la mala
o buena
fortuna de vivir
aún no me quejo de los días
que he pasado por alto,
los años mal vividos
y las cosas que he hecho.
me falta mucho aún
para lamentos
y posibles soluciones a problemas
que sólo habitan en mi cabeza.
me falta mucho más
para convencerme
que es justo y necesario
seguir caminando
al lado de tantos
que tienen consciencia nula
de su caminar.
he olvidado muchas cosas,
algunas de las cuales
lo he hecho a propósito;
prefiero olvidar
que tener de frente la estampa
de lo que pudo haber sido.
aunque reconozco
que vivir de lamentos
no es precisamente
lo más loable de esta vida,
ni mucho menos
lo más adecuado,
después de todo;
la sabia naturaleza
nos ha premiado con dos pulgares,
vaya uno
a hablarle de lamentos a un gato
que intenta abrir la perilla de una puerta.
no,
prefiero olvidar,
olvidar es más divertido
y puedo re vivir lo que me disgustó,
de pronto y me acuerde,
recuerde por qué puse la veta,
y si no,
poco o nada
le importa al mundo
lo que recuerde o no
éste saco amalgamas olvidadas.
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