2008-10-10

Cuentos Cortos





De siete en adelante, justo cuando llegamos al parque.


Te recuerdo precisamente ese día por que estabas vestida de blanco y sabes que el blanco en ti me encanta. Sobre todo si lo combinas con la falda negra y junto con tus ojos, quedas todo un deleite para mi vista.
Preciso en este momento no logro identificar tu calzado, por lo tanto te imaginaré descalza. Un tiempo atrás alcancé a leer una oda que Neruda le hizo a unos pies. Antes de ser las siete, te la recitaré mentalmente. Espero que sepas leer mis pensamientos. En ti… creo que es posible. Mujer más inteligente que tú aún no he conocido, aunque no conozca muchas. Antes de llegar al parque me convencí que tienes unos pies hermosos


Es posible.


Alcancé a escuchárselo al cura justo antes de darnos una despedida digna de la casa de Dios: “podéis ir en paz”, lamentablemente creo que el señor de camisa verde que estaba sentado al lado de la hermana Hellen no escuchó al sacerdote.
Yo, por mi parte, solo se que no comeré más carne de res. Si una vaca gime como gimió la hermana Hellen cuando el señor de camisa verde la decapitó. Yo hoy, me declaro vegetariano.


Then we will remenber things we say today.


— ¿Quien la canta? ¿Los beatles?
—Si, es de Lennon, pera esta es una versión en jazz de Pizzarelli.
—No es Lennon. Estoy seguro que es de Janis.
— ¡Que ah! Es de Lennon con los Beatles.
—Bueno del que sea. La verdad tiene versos de vallenato.
— ¿Por qué lo dices?, ¡¿En qué lado?!
—En todos, prende la radio para que veas.

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