Necesitamos con urgencia nuestra casita del árbol

anda despacio la rueda;
una vez la pongo en marcha,
se me rebeldiza,
cual cabello rizado sin alliser.

pero despacio avanza
y me lleva
por los bulevares de las azucenas,
las cartas largas y las charlas tendidas
el frío de diciembre entre los huesos
y la sed que me produce el sueño

sobre el mesón las llaves y las facturas.
al fondo, llegando al baño una escalera descuidada

atrás, atrás;
los cuartos son inmensos,
en las paredes cuelgan pinturas abstractas
pintadas a dos tonos.
para mi, que el color es meramente un catalizador de alientos y pinceles de cerda de camello,
para ti, un lindo cuadro que cuadra perfecto
con la pared blanca
para todos,
un disfraz sin etiqueta
de esos de época, antes del treinta y uno.
para estos días,
en los que la rueda va a paso de cangrejo,
yo me percato del camino
y de mi odio con amor,
mi butaca con amor,
mis pasos con amor,
mis mañanas con amor

¡las buenas nuevas que me anunció mi vecino!

mi guitarra con amor,
mis días con amor,
ella con amor,
el amor con el amor

¡los abrazos de mi madre cuando me tropezaba!

cupido sin flechas
amaneceres estúpidos sin espinas
hojas sin libretas
papeles sin tintas

¡los amores de mi barrio en cada esquina!

la vida sin amor,
los buses sin amor,
los hermanos sin amor,
la muerte sin amor

y en cada esquina,
las palabras de ellos se vuelven profecías
y en cada esquina;
el mismo viento suena a blues
sin algodón,
sin esclavitud
sin coros de góspel

la vida sin amor,
es como un blues sin soul

nos hace falta la casita;
el club privado de juegos de azar
con decoración barroca infantil,
y es por eso
que me he aburrido de caminar en círculos,
de probar aquí y allá la malteada
y el café instantáneo.
detendré la rueda,
ayúdame a empujarla juntos.
mi rueda con amor, avanza lento,
mi lentitud con amor,

¡así deben ser todos los vehículos!